En el desarrollo de mi especialidad he analizado en profundidad las causas de la tan grande diferencia entre el desarrollo de la América del Norte y la del Sur. La primera, a pesar de haber iniciado su desarrollo unos cien años más tarde, ha logrado un ingreso per capita de más de diez veces el del promedio de la segunda a pesar de que ambos territorios eran prácticamente iguales en sus promesas.

Este análisis muestra las causas principales de ese fenómeno, dramáticamente resumidas en los conceptos de responsabilidad endógena y responsabilidad exógena. Estados Unidos desarrolló en su gente la primera y nosotros la segunda. A su vez, el análisis también muestra el porqué de esta situación y su respuesta, aunque compleja, es clara en sus causas fundamentales. Su explicación requiere retroceder a los orígenes de la filosofía, la religión y la historia de los inmigrantes, además de aislar las diferencias. El análisis muestra el resultado en el norte de la llegada de ingleses y nórdicos, responsables endógenos por el frío; de clase media, sin nobles ni miserables; con sus mujeres, sin necesidad de mezclarse con los aborígenes y de religiones protestantes, creyendo en el éxito material. Aquí llegaron españoles, responsables exógenos, de todas las clases sociales, con las taras de su sistema de origen, sin sus mujeres, produciendo el mestizaje y católicos que privilegian la otra vida sobre los éxitos en esta.

Acabado el análisis, aparece una síntesis sumamente interesante aplicable, aún ahora, a nuestro desarrollo. Es posible, y a mi juicio necesario, cambiar nuestras actitudes una vez reconocidos sus causas, y reemplazar en la gente el origen de sus carencias por nuevas actitudes que completarán la política actual de nuestros gobiernos de imitar los resultados, ya que no otra cosa es nuestra aceptación de economías de mercado, capitalismo y ahorro, tan ajenas a nuestra formación e idiosincrasia.

En mi opinión, el cambio debe hacerse desde la empresa, y yo estoy en posición de ayudarlo en esta tarea. Mi larga experiencia como empresario me permite explicar con propiedad a sus ejecutivos qué se debe inculcar y qué erradicar, con la profundidad que usted desee, desde lo principal por medio de un par de charlas, hasta todos los detalles en talleres de trabajo.

La Responsabilidad, en cuanto capacidad personal para asumir las consecuencias de sus propios actos dentro de un sistema religioso, ético, moral, jurídico o reglamentario, puede ser Endógena, es decir, nacida de la propia conciencia personal o Exógena, nacida como resultado del control ejercido por los superiores del sujeto. Ambas responsabilidades están fundadas en las nociones de obligación y conciencia, deber, imputabilidad y moralidad.

En la sociedad feudal la responsabilidad la tenían los señores seculares y los padres espirituales. Con el advenimiento del protestantismo, la responsabilidad de sus propios actos se asumió personal y directamente, en estrecha vinculación con el concepto de libertad. Apareció la interrogante del derecho del Estado para pedir la obediencia del individuo, al considerarlo como anterior al Estado, y comenzó la carrera de la democracia. Producido el fenómeno de la individuación, la responsabilidad endógena llegó a ser inseparable de su generadora: la libertad. Los regímenes democráticos latinoamericanos se mantienen a medio camino constituyendo una mala copia de un buen sistema político, siendo nosotros apenas “obedientes responsables”

La Confianza, en cuanto a la expectativa de que los demás tengan una conducta cooperadora, leal, honrada, confiable y sistemática basada en normas compartidas, constituye el capital social, incluyendo desde la familia hasta la nación. Nace la “Sociabilidad Espontánea”, consistente en la capacidad de formar nuevas asociaciones dentro de sus términos de referencia y no bajo la autoridad, creando, modificando, destruyendo y recreando en forma permanente los componentes del sistema.

Nuestra realidad. El correcto juego de la responsabilidades endógena, exógena y la confianza, genera nuestro verdadero dilema: la búsqueda de la libertad en el caso de los muy responsables y seguridad en el caso de los menos responsables; definir las cuotas de iniciativa u obediencia, emprendimiento y empleo; definir los líderes, los dependientes, los obedientes y los sumisos; definir los roles del capital, de los intereses, hacer deseable la división del trabajo y la obtención de riqueza. En definitiva, localizar debidamente la iniciativa y la obediencia según la naturaleza de cada uno.

Nuestra Meta. El desarrollo histórico de lo anterior, más las precisiones de su distribución planetaria, según orígenes, clima, sistemas filosóficos, sistemas de conquista de territorio (USA versus América del Sur), y los numerosos factores conducentes a un resultado, son materias que se exponen para obtener una reestructuración de nuestra realidad, posible y deseable. Esta puede nacer desde nuestras empresas con sólo entender el proceso, acelerando el camino ya recorrido hasta ahora, consistente en la sola adopción de los resultados, es decir, las formas económicas de los países exitosos.

Contenido. Hay una infinidad de teorías e interpretaciones de las realidades actuales en el mundo que se analizan en la búsqueda de esta meta. Se expone una integración de varias de ellas, enriquecidas con el análisis diferencial, y la síntesis estructural. Se define y trabaja con múltiples conceptos y filosofías como individualismo, idiosincrasia (de nórdicos y anglosajones, mediterráneos y latinos) universales inmateriales y eternos, particulares materiales, perecederos y transitorios, realismo platónico y nominalismo epistemológico.